viernes, 31 de mayo de 2013

MIS CDS: ONLY TEARDROPS, de Emmelie de Forest

ONLY TEARDROPS, de Emmelie de Forest (Dinamarca, 2013)
Presentación: Emmelie Charlotte-Victoria de Forest, nacida el 28 de febrero de 1993, empezó a ser conocida en la escena musical danesa gracias a diferentes certámenes. Fue precisamente en la gala más importante de la Danmarks Radio, el Dansk Melodi Gran Prix 2013, cuando Emmelie fue popular en toda Europa. Su canción Only Teardrops, compuesta por Lise Cabble, Julia Fabrin Jakobsen y Thomas Stengaard, tomó el relevo de Should've Known Better de Soluna Samay y ganó el concurso, cuya gran final se emitió el 6 de febrero de 2013, venciendo a otras favoritas como Stay Awake de Simone Egeriis, I'm Not Alone de Kate Hall o Unbreakable de Mohamed Ali. La victoria la convirtió en representante de Dinamarca en el Festival de Eurovisión 2013 en Malmö (Suecia), y tras ser la más votada en la primera semifinal, donde actuó en quinta posición, ganó la gala del sábado 18 de mayo con 281 puntos, 53 más que Azerbaiján, el segundo clasificado. Su triunfo le permitió lanzar al mercado Only Teardrops, su disco de debut, que de momento solo se ha distribuido en Dinamarca. Only Teardrops ocupa actualmente las primeras posiciones en los rankings de Itunes de distintos países. Emmelie ha utilizado la rápida fama conseguida para reivindicar su título de tataranieta de la Reina Victoria de Gran Bretaña, ya que su abuelo paterno, el difunto conde Maurice Arnold de Forest, era supuestamente hijo ilegítimo de Eduardo VII.


Reseña: El primer álbum de una cantante nacida al calor de la fama inmediata del Festival de Eurovisión siempre es recibido con suspicacias por los cronistas musicales. Con todo, este Only Teardrops merece una oportunidad: recorre a lo largo de su tracklist las diferentes variantes del pop actual, con melodías para tararear, letras con más jugo de lo habitual y algún momento apoteósico. El álbum abre y cierra con las flautas del hit Only Teardrops, y en una primera escucha podría dar la sensación de estar ante un trabajo prefabricado para dar entidad a una única canción. Es en la segunda escucha cuando la voz de Emmelie gana en matices y la canción ganadora del eurofestival pasa a ser un track más. A grandes rasgos, el cd podría describirse como el álbum que otras artistas pop o bien no se atreven a hacer o bien ya no pueden ofrecer. What Are You Waiting For podría estar firmada por cualquier superventas norteamericana, Hunter & Prey sigue siendo carne de hit parade pero con personalidad, Haunted Heart tiene la calidez vocal y la redondez del estribillo de la última Alanis Morissette (incluso mejorándola), Force of Nature es una balada que evita los tópicos de las baladas, Running In My Sleep tiene cierto aire 'Katie Melua', y Soldier of love recuerda a un Bat For Lashes más luminoso. Change será la canción que de vez en cuando querremos recuperar en nuestro ipod. Tal vez para justificar las flautas de su introducción, Beat the Speed of Sound tiene una base musical asiática bastante innecesaria que convierte un buen tema pop en una melodía de fondo de restaurante chino. Y finalmente la versión acústica de Only Teardrops confirma un dato negativo: el tema, aunque bueno, no tiene mucho tirón, ya que la versión inicial sigue siendo la pieza que mejor aprovecha la estructura del tema (en otros términos: no es Euphoria). Si este será o no el inicio de una gran carrera musical es difícil de prever (la sombra de Loreen es alargada), pero de momento Only Teardrops es un buen disco primaveral que merece trascender los círculos nórdicos y eurofans.


Recomendado para: Adictos al pop agradable y seguidores de los últimos trabajos de Alanis Morissette.
Las mejores canciones: A las apuntadas, añadimos Let It Fall.
Nota: 7

jueves, 30 de mayo de 2013

CORTOMETRAJES: MÚSICA PARA UN APARTAMENTO Y SEIS PERCUSIONISTAS

CORTOMETRAJES 14: MÚSICA PARA UN APARTAMENTO Y SEIS PERCUSIONISTAS (MUSIC FOR ONE APARTMENT AND SIX DRUMMERS), de Ola Simonsson y Johannes Stjärne Nilsson (Suecia, 2001)
Palmarés: Nominado a la Palma de oro al mejor cortometraje del Festival de Cannes 2001. Premio Guldbagge al mejor cortometraje sueco del 2002. Mejor cortometraje en competición en los Festivales de París, Chicago y Capalbio. Mención especial en el Festival de Montreal y mención del jurado en el Festival de Odense.
Comentario: ¡Llamen a la policía! ¡Unos músicos han entrado en mi casa! Y no precisamente para robar. Antes de que las improvisadas audiciones de los personajes de Sound of Noise tuviesen una carga rebelde / contestataria (evolución lógica debido al cambio de los tiempos), la premisa de los cineastas Simonsson y Nilsson era de lo más ingenua. Sobre todo genial. Seis artistas se sirven de los pisos de otros para hacer pequeños conciertos solo para disfrute de ellos mismos. Vale todo: el peluche del perro, el viejo vinilo de la abuela, la aspiradora, la taza del váter, la batidora o las puertas de los armarios. Nada tiene demasiado sentido en este corto con mucho ritmo y ninguna lógica. Surrealista pero altamente disfrutable. Una alternativa a la música solemne de conservatorio: Músico para un apartamento y seis percusionistas, suerte de Jeunet de las nieves, es divertido y pegadizo. Así sí que da gusto que te destrocen la casa. Sin duda, uno de los cortometrajes más originales de los últimos años.


Para quienes llevar el arte urbano al salón de casa.
Lo mejor: Combinación de música e imágenes descachatarrantes.
Lo peor: Que termine el concierto.

Si te gusta esta crítica, vótala en Filmaffinity

Nota: 8

miércoles, 29 de mayo de 2013

Crítica de EL MILAGRO DE P. TINTO, de Javier Fesser

Hostias en casa de los P. Tinto
EL MILAGRO DE P. TINTO, de Javier Fesser (España, 1998)
¿De qué va?: Desde pequeño P. Tinto está enamorado de Olivia. Su vida discurre sin altibajos: su matrimonio es feliz, trabaja en la empresa familiar y vive austeramente en un antiguo apeadero al lado de una vía por la que pasa un tren cada veinticinco años. Solo un pequeño detalle pone en peligro su equilibrio laboral y familiar: no tiene hijos. Pero el destino tiene deparadas muchísimas sorpresas a P. Tinto, que encontrará descendencia de la forma más inesperada en plena senectud. ¿Se obrará el milagro y persistirá la estirpe de los P. Tinto?
Palmarés: Premio Goya 1999 a los mejores efectos especiales y nominación a la mejor dirección novel para Javier Fesser. Sant Jordi a la mejor ópera prima del año 1999. Mejor director y dirección de fotografía en el Festival de comedia de Peñíscola. Mención especial en el Festival de Locarno.
El dato: Tras los éxitos de Airbag y Torrente: el brazo tonto de la ley, El milagro de P. Tinto se estrenó a finales de diciembre de 1998 con éxito de público y de crítica. Javier Fesser, que ya había dirigido cortometrajes de un corte surrealista y sentido del humor parecido al de su ópera prima, escribió el guion del film al alimón con su hermano Guillermo Fesser, miembro del grupo Gomaespuma. El toque comiquero de la película y su título de insospechada cinta de culto permitió a Fesser dirigir Las aventuras de Mortadelo y Filemón, una de las películas más taquilleras de la historia del cine español y ganadora de 5 Goyas técnicos. Fesser decidió abandonar la comedia y se consagró con Camino, film con el que compitió en San Sebastián y con el que ganó el Goya al mejor director. Actualmente Fesser está inmerso en la postproducción de Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, tercera parte cinematográfica, en este caso en dibujos animados, de los populares personajes de Ibáñez.


Valoración: Tras el cortometraje El secdleto de la tlompeta, ganador de una veintera de premios, Fesser expandió su humor absurdo a la par que inteligente en El milagro de P. Tinto, una viñeta entrañable que no se parece a ninguna película de la reciente hornada nacional. A modo de un Jeunet francés, deudor del tebeo nostálgico de Ibáñez y compañía, la película mezcla lo imposible, atenta contra la lógica y ofrece un chiste de hora y media nutritivo y delirante. Su espíritu infantil y tierno es su clave del éxito: entre el disparate y la concatenación de mamporros se cuela la humanidad de unos personajes absolutamente entrañables, inmersos sin quererlo en un ocaso de lo más animado. Y aunque la película es fruto de una memoria televisiva y cinéfila mastodóntica (homenaje a Eurovisión incluido), supera el sketch de la pequeña pantalla: sus colores, sus saltos temporales, el trazo de los secundarios y las constantes sorpresas de la trama le confieren una personalidad inusual en nuestro cine. Su nómina de ingredientes es compleja: atentados contra los principios de la gravedad y la lógica, extraterrestres con guiño a Spielberg, flashbacks con nazis de por medio, revisión histórica de lo más cachonda... y todo con un sabor español inconfundible, un guiñol tradicional visualmente rotundo y fiel al espíritu del trazo a lápiz de los dibujos de toda la vida. Sea cual sea vuestro sentido del humor, tanto si os hace gracia la soez más inconfesable al juego de palabras más sivarita, encontraréis suficientes motivos para soltar carcajadas durante la proyección. Evasión con sello de autor.


Para fieles de la comedia absurda.
Lo mejor: Es un cómic original, frenético y elegante.
Lo peor: Buscar algo más que la risa sana.

Nota: 7

martes, 28 de mayo de 2013

Crítica de THE IMPOSTER (EL IMPOSTOR), de Bart Layton

Ver cine y hacer cine siempre ha sido un acto de fe, pero últimamente más que nunca. Seguramente por los cambios en la forma de concebir la realidad-ficción derivados de ciertos espacios televisivos, la ambigüedad se ha instalado en el séptimo arte. Al principio el espectador se sorprendía, como ocurre siempre ante una fórmula nueva, con mentirijillas de lo más endebles: la supuesta veracidad del material filmado de El proyecto de la bruja de Blair hizo correr ríos de tinta. Con el tiempo la impostura se ha ido perfeccionando, y si no hay sorpresa por la novedad esta sí se produce por la originalidad, todavía sin límites, de ciertas fórmulas. Cuesta decidir en el 2013 en qué porcentaje recae el peso de una película en el director, en el montador o en el guionista del film. La duda empezó en la pequeña pantalla (¿hasta qué punto están manipulados los cortes que se ofrecen del reality show de turno?) y era cuestión de tiempo que el debate llegase al cine, todo ello para reformular la forma de producir y consumir películas, una evolución que no por lógica resulta menos destacable. Ahora el espectador no se siente tan atraído por lo enteramente ficticio como por las relaciones entre lo que ve y lo que le es reconocible; en otras palabras, ahora el cinéfilo quiere que le cuenten la última patraña bigger than life, con la condición de que la mentira, a base de maquillarla y repetirla, resulte creíble. Y si la ficción tradicional está en crisis, espacios como Gran Hermano, El último explorador o Me cambio de familia han cambiado el clásico patrón del concurso de toda la vida: ahora lo importante es ver y ser vistos. De hecho, ahora ni tan siquiera existe la prensa rosa: el cotilleo sigue siendo la base, pero el espectáculo surge de la mediatización de quienes años atrás solo eran transmisores de contenidos. El documental participa de todo ello, obviamente con cauces artísticos y narrativos más interesantes que los televisivos. El falso documental vive su gran auge con Searching for Sugar Man o esta El impostor, en ambos casos películas en las que es difícil distinguir dónde empieza y acaba la realidad y la ficción. Los documentales solían remitirnos en sus títulos de crédito a una página web informativa, pero ahora la cosa ha ido a más y directamente descubrimos la película que hemos visto investigando en Wikipedia. El cine ya no se forma de historias sino de imágenes, y a cada espectador, en función de su perspicacia o inocencia, le toca decidir hasta qué punto 'compra' o no lo que está viendo.


Lo dicho parece una cuestión más propia de una clase de teoría de la comunicación o filosofía que estrictamente de cine, pero sin duda es un tema interesante que viene a la mente tras ver El impostor. Si todavía no saben de qué va o qué cuenta la película, aquí no encontrarán ni pistas ni spoilers: hay que ver el film virgen de información, o lo más virgen posible. Lo que sí podemos desvelar es que de la misma forma que Sixto Rodríguez es el héroe del año este impostor está destinado a ser el gran villano del 2013. A diferencia del film sueco, El impostor es, valga la gracia, más impostado: viéndolo, me replanteo más veces lo que se me ofrece, y tal vez por ello me mantengo bastante lejos de su historia. Mientras en Searching for Sugar Man disfruto de la fórmula (es un thriller, un drama, un film musical...), en El impostor pienso que la materia prima es tan valiosa que me gustaría que me la contasen de la forma más tradicional: disfrutándola como un buen ejercicio de cine negro, con actores y un buen guion sin imágenes de archivo ni recreaciones extrañas. El impostor, gusten más o menos sus trucos, deja una buena reflexión: la identidad (quiénes somos, quiénes decimos que somos, quiénes queremos ser) es ahora más líquida que nunca, y más con las posibilidades de engaño que marcan tanto la citada televisión como las redes sociales. El arrivismo es el pan nuestro de cada día, lo importante es copar los titulares y ya no importa realmente ser noticia. El impostor de la película es un loco y un cuerdo, un osado y un cobarde, y sea como sea se parece muchísimo al Truman que vive en estado semiinconsciente protagonizando su propio show. El impostor es un film moderno, pero corre el riesgo de que con el tiempo se descubra que tras el humo no había demasiado que contar. Pero si ahora importa más el subterfugio que el tema, los pretextos que el contexto (y ya no digamos el texto), nadie le quita a El impostor su condición de pequeño gran acontecimiento. ¿El secreto? Hay que ir a la sala del cine para saberlo. Aunque al final nada es tan moderno como parece: ¿dónde queda ese Zelig de Allen o el Fraude de Welles? Que siga entonces el embrollo.


Para los que se quedan embobados viendo a los trileros en acción.
Lo mejor: Su historia es tan increíble que dan ganas de contarla.
Lo peor: Muchos no le seguirán el juego, y están en su derecho de no hacerlo.

Nota: 6'5

lunes, 27 de mayo de 2013

SEMANARIO 12: LOS POSTS DE LA SEMANA

¿Te perdiste algún escrito del blog? Con nuestro semanario puedes recuperar las distintas publicaciones de todas las semanas. En el margen derecho del blog, en la sección 'semanario', puedes (re)leer los distintos artículos ordenados.

CONTENIDOS DEL BLOG


Semana del 20 al 26 de mayo de 2013

Cinoscar Summer Festival: Vídeo promocional

Cine español: LEO, de José Luis Borau (2001)

Queer cinema: LOS TESTIGOS, de André Téchiné (Francia)
Cine nórdico: ANTES DE LA TORMENTA, de Reza Parsa (Suecia)
Cortometraje: LUCKY BLUE (AZUL DE LA SUERTE), de Hakon Liu (Suecia)
El cd: OVERGROWN, de James Blake (Reino Unido)


sábado, 25 de mayo de 2013

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL: ¡NOVEDADES!

¡El CINOSCAR SUMMER FESTIVAL ya está en marcha!


Hasta el momento contamos con 15 LARGOMETRAJES y 2 CORTOMETRAJES a competición. Todavía no os desvelaremos los títulos, pero sí un avance de los concursantes anotados hasta la fecha:

1. Juan Roures
2. Jose Luis Ayala
3. Mayra Meza
4. Ramon Fabregat
5. José Barriga
6. Alejandro Salgado
7. Alex Martín
8. Andrés Ricaurte
9. Kosti Bgy
10. Anna Montes
11. Ulher
12. Dialoguista
13. Félix Redondo
14. Guillermo Navarro
15. Ismael Cruceta

Tenéis hasta el 10 DE JUNIO para presentar vuestras propuestas. Es fácil: se trata de ponerse en contacto con el blog indicando las películas y/o los cortometrajes, anotados en orden de preferencia, con los que queréis participar en el festival. Cada película será motivo de un post especial a partir de JULIO. Tenéis toda la información en el post de presentación.


Hoy os podemos contar 2 noticias:
1. El Cinoscar Summer Festival, al igual que la mayoría de festivales reales, dedicará una panorámica a un autor. En esta primera edición, el homenajeado será el cineasta griego THEO ANGELOPOULOS: La eternidad y un día podrá verse en la sección a competición, y muchas otras cintas del director serán motivo de posts especiales a lo largo del festival.
2. ¡Aquí tenéis el primer VÍDEO PROMOCIONAL del Cinoscar Summer Festival! Y vendrán más. ¡Ojalá os guste!


viernes, 24 de mayo de 2013

Especial ANDRÉ TÉCHINÉ: Crítica de LOS TESTIGOS

Uno de los motores narrativos de todo el cine de André Téchiné es la pasión. Y una de las excusas argumentales para reflejar esa pasión está en el viaje, el éxodo o la huida a la ciudad, siempre la eterna París, como lugar donde cumplir los sueños. También la evocación de la juventud como etapa de locura y aprendizaje. Téchiné cree tanto en la pasión que deja que sus actores buceen en las profundidades de sus personajes, improvisen en las sesiones de rodaje y reescriban día a día el guión de base. Todo ello está en Los testigos, una película muy viva, rica en matices y texturas, con la entidad de esas obras que parecen basarse en experiencias propias, contadas en primera persona o evocaciones de vidas reales. Un cine sentido, un cine desordenado, un cine caótico y un cine inabarcable. No pasa el tiempo para el cine de Téchiné, un autor más joven que nunca en cuyas últimas obras inspira compromiso, nervio y convicción. Los testigos evoca la tragedia que supuso el SIDA en la primera mitad de los 80 en todo el mundo. Manu, un joven recién llegado a la capital, trastoca la vida de un grupo de parisinos de vida más bien acomodada. Téchiné distribuye la historia en tres partes (los buenos tiempos, los malos y la valoración de ambos a modo de clausura), equilibra con bastante atino los lazos sentimentales y profesionales de los personajes, y consigue un convincente retrato de esos primeros testigos del SIDA en un país (Francia) en el que todavía se utiliza la expresión vulgar 'pédé' (en referencia a 'pedófilo') para referirse a los homosexuales (algo que gana vigencia con el recientemente aprobado matrimonio entre personas del mismo sexo). Puede que no tenga la entidad de las mejores obras de Téchiné, puede que en su parte central la historia acabe perdiendo el norte, pero se agradece que a diferencia de otros coetáneos (Resnais, Leconte, Guédiguian) no haya ni un rastro de naftalina o acomodamiento en su mirada: de hecho, Los testigos podría estar firmada por François Ozon, sin ir más lejos. Cine de mirada adulta y formas nuevas que, por fortuna, se niega a morir.


Para enamorados de la sensibilidad del mejor cine francés. 
Lo mejor: Da luz a un tema poco tratado: el caos del SIDA en los años 80.
Lo peor: Ciertos retruécanos narrativos, muy del gusto de cierta intelectualidad gala.

Nota: 7

jueves, 23 de mayo de 2013

Crítica de ANTES DE LA TORMENTA (FÖRE STORMEN), de Reza Parsa

Resquicios del primer mundo
ANTES DE LA TORMENTA (FÖRE STORMEN, BEFORE THE STORM), de Reza Parsa (Suecia, 2000)
¿De qué va?: Ali sufrió los estragos de la guerra en Oriente Medio y hace tiempo que emigró a Suecia huyendo de una espiral de violencia inaguantable. Ahora vive en Suecia: trabaja como taxista y está felizmente casado. Leo va al mismo colegio que las hijas de Ali: está harto de soportar los desprecios de Danne, el chulo de la clase que le insulta y ridiculiza siempre que puede. El mismo día en que Ali recibe una visita que le obliga a volver al pasado, Leo decide poner fin a su conflictiva relación con Danne. Dos historias diferentes, dos expresiones diferentes de la violencia y el abuso de poder en un primer mundo aparentemente perfecto.
Palmarés: Concha de plata al mejor director y Premio de la juventud en el Festival de San Sebastián. Premio especial del jurado en el Festival de Seattle. Nominación al Guldbbage sueco al mejor actor protagonista (Per Graffman).
El dato: Per Graffman es un actor muy popular en Suecia, aunque casi toda su carrera está dedicada a diferentes teleseries y telefilms para la Svenska Television. Es el único film de Reza Parsa que se ha estrenado en España: su último título es Hagamannen (2009). Antes de la tormenta, su ópera prima, se estrenó en 35 países con gran éxito de crítica y público. La Concha de Plata al mejor director es uno de los más treinta premios que suma Parsa.


Valoración: Hay películas especiales que no destacan en ninguno de sus apartados pero que sin que seas consciente te van arrastrando poco a poco en sus profundidades y te dejan tocado y casi hundido al final de la proyección. Antes de la tormenta no siempre resulta verosímil, no siempre cuenta con convicción sus tramas paralelas, no siempre funciona el montaje de las dos historias y no siempre resulta genuina en su planteamiento (hay mucho de Kieslowski en la escena del tiroteo y mucho de Susane Bier en todo el metraje posterior), pero en ella se intuye un cine intenso que sobrecoge y permite una interesante reflexión sobre los lazos de poder y las diferentes formas, ninguna anecdótica, todas a su manera terribles, en cómo se manifiesta la violencia entre seres humanos. Un film que podría formar sesión continua con En un mundo mejor o Incendies, otros relatos que sacan a la superficie todo lo que se esconde tras la alfombra impoluta del supuesto primer mundo. Parsa une una historia aparentemente menor (un adolescente que sufre malos tratos en su colegio) con otra contundente (un ex combatiente llamado a perpetrar un atentado terrorista), pero ambas resultan cercanas, reconocibles, humanas. Thriller y drama con trasfondo moral, rodado con estilo, buen tino y gran sentido crítico. No convence su resolución rocambolesca, alguna carambola de más y esporádicos subrayados (todo ello propio, por otra parte, de un realizador novel), pero es una película de formas y mensaje interesante, lo suficiente como para seguir rebobinando mentalmente el film días después de su visionado. Tras verla cabe la posibilidad que se queden sin oxígeno, pero horas más tarde te das cuenta que es un film terapéutico que, como logra Iñárritu, permite la catarsis a partir de la identificación del espectador con sus protagonistas. Personajes, por cierto, con relieves, matices y ambigüedades, algo que se agradece. Muy recomendable.


Para curiosos que ven películas para entender y entenderse.
Lo mejor: La firmeza de sus escenas clave.
Lo peor: Depende demasiado de las transiciones de montaje.

Nota: 7

miércoles, 22 de mayo de 2013

Crítica de LEO, de José Luis Borau

El testamento de un mito
LEO, de José Luis Borau (España, 2000)
¿De qué va?: Leo es una mujer fuerte, de carácter áspero y directo, independiente e imprevisible, hecha a sí misma. Sin casa fija, se dedica a recoger cartones en un polígono industrial a las afueras de Madrid. Aunque todas sus posesiones caben en apenas una maleta, su vida tiene un equipaje pesado, un pasado que vuelve cuando su madre muere. Salva, un vigilante que conoce a Leo una noche en un bar, se interesa por la chica, le busca un nuevo trabajo, intenta indagar sobre ese pasado tan tortuoso, se obsesiona y finalmente se enamora. Pero pronto la relación entre ambos sufre un vuelco inesperado: Leo le pide a Salva que mate a un profesor de artes marciales que se hace llamar Gabo y del que años atrás tanto su difunta madre como ella se enamoraron locamente.
Palmarés: Premio Goya al mejor director del año 2000 para José Luis Borau y otras cinco candidaturas sin premio: mejor película, actriz protagonista (Bollaín), actor revelación (Batanero), guion original y montaje. Fotogramas de Plata a la mejor película española del año 2000, ex-aequo con La comunidad de Álex de la Iglesia. Premio especial del jurado y galardón a la mejor música (Álvaro de Cárdenas) en el Festival de Málaga. Premio Ondas al mejor actor español para Javier Batanero. Nominación del Círculo de Escritores Cinematográficos de España al mejor director. Proyectada en el Festival de Cine Español de Nantes y Moscú.



El dato: Tras ser Presidente de la Academia y antes de ser nombrado académico de la RAE, Borau dirigió la que fue su novena y última película. Productor, actor ocasional, guionista, cineasta, profesor y símbolo de toda una generación del cine de nuestro país, Borau filmó el que sería su testamento fílmico, si bien en las entrevistas de la época hablaba de una décima película que tenía en mente, protagonizada por Luis Tosar y cuya acción sucedía casi por entero en unos grandes almacenes de una ciudad de provincias, pero el proyecto nunca se materializó. La génesis de Leo está en Niño Nadie, su penúltima obra y de la que confesó estar menos satisfecho: durante el rodaje Borau visitó un polígono industrial madrileño, y el impacto fue tal que prometió a su actriz Icíar Bollaín que escribiría un guion con ella como protagonista y con una trama que tuviese lugar en esa nave colindante a la capital. Finalmente Leo se rodó el año 1999 en Fuenlabrada, Arganda, Toledo y Madrid. En palabras de Borau, una de las ideas clave de la película se basa en un verso de Shakespeare: 'el amor que no conduce a la muerte no merece tal nombre'. Como recordaría Borau, uno de los principales problemas tanto de la película como del resto de su filmografía fue el económico: aseguró haber filmado únicamente 9 largometrajes en 35 años para poder recuperarse de las pérdidas monetarias de los distintos proyectos, ya que únicamente generaron beneficios la mítica Furtivos, Concha de oro en San Sebastián, y Mi querida señorita, dirigida por Jaime de Armiñán y producida por Borau, esta última nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Desencantado con la élite de festivales (Furtivos, entre otras, fue rechazada desatinadamente por Berlín y Cannes), Leo vio la luz la primavera del año 2000 en el Festival de Málaga, que por aquel entonces llegaba a su tercera edición. El film recibió críticas entusiastas por parte de los analistas y fue doblemente galardonada en el certamen andaluz. La cinta llegó a las salas el 1 de septiembre del 2000, y aunque obtuvo la máxima calificación por parte de la mayoría de publicaciones especializadas su impacto comercial fue mínimo. Semioculta en una de las temporadas de premios locales más empatadas de la historia, El bola ganó el Goya al mejor título del año mientras José Luis Borau se alzó con el reconocimiento al mejor director, un galardón que supo a honorífico en reconocimiento a su dilatada y valiosísima carrera. A día de hoy Leo solo ha conocido un único pase televisivo en La 2 y no está editada en dvd. Bollaín, que en el 2000 ya había dirigido Flores de otro mundo (premiada en Cannes) y estaba preparando Te doy mis ojos, puso con Leo punto y final a su trayectoria como actriz, una andadura iniciada con El sur de Erice y coronada con una nominación al Goya de la mano de Borau. La carrera de Javier Batanero no tuvo la misma suerte y posteriormente se dejó ver mayoritariamente en cortometrajes y teleseries. Borau, Premio Nacional de Cinematografía en 2002, murió el 23 de noviembre de 2012 a los 83 años.



Valoración: Ver Leo en el 2013 sabiendo de su condición de película maldita, plenamente conscientes de estar ante la última pieza de un grande, es una experiencia singular. Bien porque en su día la vimos 'mal' (en el caso de quien escribe, 'demasiado joven') o porque directamente 'no fue vista', Leo sigue siendo una película a descubrir, injustamente no considerada cuando los críticos se aventuran a alistar las mejores cintas españolas de los últimos años. Este hecho puede sorprender: estamos hablando de José Luis Borau, piedra angular dentro y fuera de las cámaras de la memoria y el legado audiovisual de todo un país. Pero se entiende, si bien no se justifica, volviendo a la propia película. Leo es una cinta difícil, áspera e incluso desagradable, desprovista de cualquier ornamento, concesión romántica, flashback, nota a pie de página, subrayado o aclaración. Una película desnuda y al mismo tiempo dotada de un misterio desasosegante que moldea la aparente naturalidad de sus escenarios y criaturas. Leo traza diversas historias de amour fou pero con dureza, rugosidad y hermetismo. Nunca llegamos a conocer a los personajes, nunca podemos intuir los pensamientos y las acciones de los protagonistas. Leo es una historia tan cerrada que deja fuera de juego a las primeras de cambio a aquellos espectadores que no estén dispuestos a ver 'más allá'. Es un ejercicio tan pulido y consciente de querer retratar un amor apasionado 'sin aparente pasión' que atenta contra cualquier principio e interés comercial. Un cuento poblado de caracteres que el guion no enfatiza y con los que no empatiza, a riesgo de que pueda considerarse una cinta antipática. Un proyecto, en definitiva, arriesgado y atemporal que entronca con el western clásico (personajes toscos, parcos en palabras y de moralidad dudosa) y al mismo tiempo renueva el panorama del cine social de reciente cuño (aunque estamos ante la descripción de un entorno de marginalidad extrema, Borau no busca ni la identificación del espectador ni la crítica fácil). Por ello Leo es una propuesta tan interesante: su tremendismo e hipérbole sostenida es incluso de raíz fordiana, y a la vez su pureza es absolutamente vanguardista, por encima incluso de los enfoques del Dogma 95 o el objetivo de Zonca o los hermanos Dardenne (todos ellos de vivísima actualidad a finales - principios de siglo). Leo nace de la convicción absoluta y tal vez por ello resulta genuina en su ambigüedad y tremendamente amenazante e imponente en su realismo. Una película extraña, atípica y difícil de acotar y describir con palabras. Tan intrigante como su plano final, contraposición de un futuro esperanzador y de una simbólica navaja que se abre suspendiendo el relato en un halo de incertidumbre todavía vigente 12 años después. Nadie reparó en ella, nadie le ha dedicado unas líneas y puede que estemos muchas más décadas sin saber de su existencia. Pero no lo duden: Leo saldrá tarde o temprano del ostracismo y se impondrá  como una de las obras maestras de la historia del cine español.

 

Para buscadores de piedras preciosas y punzantes.
Lo mejor: Desecha toda convención.
Lo peor: Puede generar rechazo e incomprensión.

Nota: 8

martes, 21 de mayo de 2013

CORTOMETRAJES: LUCKY BLUE (AZUL DE LA SUERTE), de Hakon Liu

CORTOMETRAJES 13: LUCKY BLUE (AZUL DE LA SUERTE), de Hakon Liu (Suecia, 2007)
Comentario: Lucky Blue describe qué sucede cuando dos mundos totalmente diferentes colisionan. Qué ocurre cuando ese choque destapa un deseo latente. Qué pasa cuando la nueva situación produce un quiebro, un punto de no retorno en el que es imposible ocultar por más tiempo lo que se es y seguir escondiéndose en un lugar perdido con la única compañía de un pájaro. También habla de un animal simbólico que abandona su jaula al mismo tiempo que su joven propietario decide dar rienda suelta a sus impulsos. De todas las canciones cuyas letras parecen banales pero lo contienen todo. De esos familiares que intuyen pero que callan. De esos veranos que marcan un punto y aparte. De la atracción que produce el ser no conocido, por su desenvoltura, por representar todo aquello que se ansía. Lucky Blue es una preciosa historia de reencuentro y descubrimiento afectivo, una road movie dobla: por sorpresa, el primo de Olle viaja hasta el campamento donde su madre y su tío organizan un baile; y gracias a esa inesperada presencia, Olle empieza a otear la vida que se esconde más allá de los árboles que rodean la caravana donde vive. Un cortometraje parco en palabras pero muy grande en sentimientos. Liu, una de las grandes promesas del nuevo cine sueco, firma un cortometraje tan pequeño y delicado como el pájaro que da nombre a la historia. Lo de menos es que sea una relación entre primos, o que se presente la historia de amor de dos hombres: llega a todos los públicos, más allá de cualquier ideario o nacionalidad, el cuento precioso de un pollito que rompe el cascarón. Liu acaba inteligentemente su mediometraje en la promesa de un verano que se avecina curtidor, decisivo. Una gran historia de descubrimiento que engrandece más si cabe el genial panorama del cine nórdico contemporáneo.


Para los que alguna vez han deseado ser salvados.
Lo mejor: El guion cuenta lo justo y necesario.
Lo peor: Los personajes adultos quedan un poco desdibujados.

Nota: 7

MIS CDS: OVERGROWN, de James Blake

OVERGROWN, de James Blake (Reino Unido, 2013)
Presentación: Hijo del cantante y guitarrista James Litherland, el londinense James Blake (26 de septiembre de 1988) publicó en 2011 su álbum de debut, un éxito de crítica, ventas y nominaciones poco frecuente tratándose de un músico tan joven. Para Overgrown, su segundo trabajo, ha contado con la colaboración de RZA y Brian Eno.
Reseña: Treinta años atrás, James Blake sería un baladista reputadísimo. Quince año atrás, seguramente hubiera participado de las aportaciones del trip hop noventero y su nombre figuraría en el mismo renglón donde ahora ponemos a Lamb o Portishead. Ahora, con la electrónica revolucionando los cauces habituales de composición y explotación musical, James Blake es una de las grandes revelaciones de una especie de subgénero, continuación de lo apuntado anteriormente, que ha recibido el nombre de 'post dubstep'. Sonidos hechos a ordenador que se cuelan en canciones que, de quedar desnudas de beats, serían medios tiempos de tono casi elegiaco. Blake, con su escuálida figura, su personalidad retraída y su imponente metro noventa de estatura, estaba llamado a ser una referencia de la escena nerd. Overgrown, su segundo trabajo, confirma su talento. La primera canción, que da título al álbum, es una referencia al agobio que supuso para el cantante el éxito de su primer trabajo. El viaje a uno no sabe bien dónde sigue con I am Sold, cuya letra puede interpretarse de múltiples maneras: queda al menos la sensación de transportarse hacia los mundos oscuros de su artífice. Take A Fall For Me parece directamente un tema de Massive Attack. Digital Lion por su parte podría ser un bonus track del Merriweather Post Pavillion de Animal Collective. Retrogade es una de las canciones de amor más oscuras en mucho tiempo. En DIm parece que Blake haya sido poseído por el espíritu del mejor 'negro soul'. To The Last recuerda la Tujiko Noriko de Make Me Hard. Voyeur, totalmente lunar y paranoica, poco le falta para ser el remix de un glam rock gótico. Y hasta la última nota de Our Love Comes Back, en cuya primera parte Blake prueba a depurar su estilo con casi el único acompañamiento de un piano, uno sigue flipando y en trance. Disco perfecto para noches de insomnio, momentos 'depres' o colocones metafísicos. Canciones difíciles de explicar en palabras: puestos a recurrir a una definición, podría decirse que James Blake aúna la voz de Antony and the Johnsons con la base musical de Burial. Blake puede resultar demasiado repeinado, el típico engreído que desde su casa juega con el micro y el ordenador con la intención de hacerse de oro. Blake olía a timo, pero es tan 'molón' como talentoso. Overgrown, la hipnosis hecha música, ya está entre las mejores experiencias del 2013.


Recomendado para: Escuchar solo en casa, con los cascos puestos y los ojos cerrados.
Los mejores tracks: Overgrown, Digital Lion, Take A Fall For Me, Life Round Here.
Nota: 8


lunes, 20 de mayo de 2013

SEMANARIO 11: LOS POSTS DE LA SEMANA

¿Te perdiste algún escrito del blog? Con nuestro semanario puedes recuperar las distintas publicaciones de todas las semanas. En el margen derecho del blog, en la sección 'semanario', puedes (re)leer los distintos artículos ordenados.

CONTENIDOS DEL BLOG



Semana del 13 al 19 de mayo de 2013

Estreno: EL GRAN GATSBY, de Baz Luhrmann
Estreno dvd: KILLER JOE, de William Friedkin
Clásico moderno: MI QUERIDA SEÑORITA, de Jaime de Armiñán
Cine español: EL PORTERO, de Gonzalo Suárez


Cortometraje: BROTHERLY, de J. C. Oliva
El cd: TODOS TENEMOS UN SUEÑO, de El sueño de Morfeo
La banda sonora: ONCE (UNA VEZ), de Glen Hasard y Markéta Irglová
La escena: MELANCOLÍA, de Lars Von Trier

domingo, 19 de mayo de 2013

Crítica de EL PORTERO, de Gonzalo Suárez

Las dos Españas, en el terreno de juego
EL PORTERO, de Gonzalo Suárez (España, 2000)
¿De qué va?: Ramiro Forteza fue popular antes de la Guerra como portero del Real Madrid. Ahora viaja con su camioneta de pueblo en pueblo montando espectáculos para niños y retando a los mayores a marcarle un gol a cambio de unas pocas monedas. Todo cambia cuando a su llegada a una villa asturiana conoce a Manuela, madre de un niño de color, y a todos los habitantes del lugar, un variopinto muestrario de gentes humildes con secretos, rencillas y muchas ganas de evasión. La benemérita, con la bendición del cura del pueblo, organiza un partido simbólico: una ronda de penaltis que enfrente al pueblo y a los gobernantes.
Palmarés: Premio Sant Jordi a la mejor película española del año 2000. Nominación al Goya y al Fotogramas de plata al mejor actor protagonista para Carmelo Gómez. 3 nominaciones del Círculo de Escritores Cinematogáficos de España: mejor actor, mejor fotografía y mejor banda sonora original. Candidatura al Goya al mejor guion adaptado.
El dato: Penúltima película de Suárez: su obra más reciente es Oviedo Express, en la que volvió a contar con Gómez y Verdú. La película se rodó en diferentes escenarios asturianos: la playa de la famosa escena final es la misma que aparecía en Remando al viento, el film que le dio a Suárez el Goya al mejor director. El rodaje de dicha escena tuvo que aplazarse por culpa de la metereología: contradiciendo el tiempo típico del norte, el equipo de la película, que buscaba un cielo nubloso para el momento cumbre de la cinta, tuvo la mala suerte de coincidir con los pocos días de sol del invierno asturiano. En ese 2000 Verdú empezó a ganarse la banda de 'actriz de la Guerra', ya que tras su aparición en El portero actuó en Los girasoles ciegos y El laberinto del fauno, sin olvidar sus primeros trabajos con Aranda y Trueba. Fue uno de los títulos más perjudicados en las nominaciones a los Goya 2000, presididas por La comunidad y You're The One (ganó finalmente El bola): a sus dos opciones de cabezón hubiese podido sumar menciones en dirección, fotografía, vestuario, banda sonora y actores de reparto. El film marca el primer papel cómico de Elvira Mínguez, Goya por Tapas, y el tercer y hasta la fecha último trabajo de la extraña pareja Resines - Verdú tras La buena estrella y Carreteras secundarias. Suárez, que viraba por primera vez a la comedia rural, de época y costumbrista, pudo levantar el proyecto gracias seguramente al éxito dentro y fuera de España de títulos de corte parecido como Secretos del corazón y La lengua de las mariposas.


Valoración: En España tanto los problemas más urgentes como los más nimios se canalizan con el balonpie. El fútbol ofrece evasión y a la vez una rivalidad simbólica que llega a índices peligrosos de forofismo. El portero toma esa idea de 'la España que vive según el discurrir de los partidos ligueros' y dibuja una fábula amable. En ella habita el espíritu coral de las historias de Azcona (sin llegar al nivel del genio) o las miradas entre melancólicas y naifs de cineastas como Armendáriz o Cuerda (si bien Suárez no siempre consigue el tono de realismo mágico de estos). Una película liviana y un fresco de personajes de gran poder simbólico que desembocan en una escena final esplendorosa artística y técnicamente: veinte minutos de batalla deportiva que encarna entre el esperpento y la ironía punzante la herida abierta entre los dos frentes de la batalla de la guerra, la más atroz. Tal vez el film carece de una mayor descripción de caracteres sucumbiendo al concepto de 'dos frentes divididos' (en El portero hay, por desgracia, poco espacio para la duda o el matiz), y aunque el esquema se antoja fácil funciona por la dureza soterrada del paisaje exterior y humano de sus criaturas, todas simpáticas y miserables a su manera. Un cuento bien ejecutado que suma otra amable en apariencia pero crudísima en sus adentros crónica de la España de posguerra. Y a diferencia de otras propuestas, en El portero se imprime una idea más sencilla, también más metafórica, sellada en el esperanzador plano final: la necesidad de escapar de las personas y los ambientes que ahogan y juzgan, algo que junto a la consabida euforia futbolera (¿hay mayor expresión de nuestras tensiones sociales y políticas que un Barça - Madrid?) dota al relato de una modernidad y vigencia más que destacable.


Para los que saben que el fútbol siempre es más que 'fútbol'
Lo mejor: Berlanga estaría orgulloso del duelo en la playa.
Lo peor: Le falta profundidad.

Nota: 6

sábado, 18 de mayo de 2013

Crítica de EL GRAN GATSBY, de Baz Luhrmann

Baz Luhrmann ha hecho de la grandilocuencia y el anacronismo su principal marca de estilo. Su filmografía está formada por empresas de lo más arriesgadas que van de la reactualización del texto shakespeariano a la modernización del musical, del diseño de un peplum maquillado para la era digital a esta reivindicación de los tiempos dorados del viejo Hollywood que viaja del blanco y negro al 3D sin pestañear. El aspecto plástico de la obra de Luhrmann permite al espectador viajar a escenarios imposibles: el director australiano tiene especial habilidad a la hora de zambullirnos en escenas llenas de luces y colores donde todo sucede a gran velocidad y la fuerza de los fotogramas vence a cualquier posibilidad de disfrutar de cada detalle, fleco y lentejuela de las bacanales kitch que suceden en pantalla. Luhrmann siempre acaba ganando por su tendencia al exceso y al barroquismo: más que contar historias, aturde a la platea, colapsa los cinco sentidos del espectador y convierte la sala de cine en un show vivo orquestado con trampa pero también con maña. Con todo, la fastuosidad del cine de Luhrmann casi nunca va acompañada de una buena historia y de unos personajes bien contruidos, algo que en el fondo también le ha beneficiado: al reducir la narrativa de sus criaturas a la mínima expresión romántica, sus películas se han convertido en objetos de culto de toda una generación de jóvenes cinéfilos y estetas. Con El gran Gatsby, en cambio, Luhrmann no puede escudarse en la dudosa solidez del material escrito de base, por lo que de alguna manera la película deja al descubierto tanto las virtudes como los defectos de su autor. La parte buena es evidente: más que verla, El gran Gatsby es una película que se siente, se disfruta, 'se está' dentro de sus imágenes y no simplemente espiando lo que sucede en la proyección. El lado negativo cae también por su propio peso: los personajes se intuyen complejos pero terminan siendo títeres del amor por el recato formal, vacío por dentro, que acompaña toda la filmografía de Luhrmann. El gran Gatsby es frenética y entretenida, pero es una lástima que las directrices del romance más manido acaben imponiéndose a la que era una gran exposición y reflexión de la sociedad neoyorkina anterior al crack del 29. De hecho, las mejores partes del film no son mérito directo de Luhrmann como de la grandeza de la historia inicial: la discusión en el hotel es de una intensidad y calidad interpretativa admirable. Luhrmann es un director diestro, y aunque El gran Gatsby merece un buen visionado y revisionado en este caso hecho de menos que me cuenten lo mismo con mayor profundidad y sensibilidad, seguramente con un metraje mayor pero más sintético, sin tener que recurrir al hit de la diva de turno como hilo musical o al arte del 'brilli brilli' para disimular los trucos del mago. Entre el clasicismo de Lincoln y la mezcla libérrima de El gran Gatsby debe haber un término medio: respeto que Luhrmann haya querido hacer su versión del clásico interesándose, como era de esperar, en los aspectos más frívolos de la historia, pero es imposible no pensar que este Gatsby habría sido mucho más grande si la pericia visual de Luhrmann hubiese ido de la mano de un guion con más enjundia. El director, como Gatsby, está tan preocupado por crear una chuchería de altos vuelos que trabaja más el lado sobrehumano que el humano de la ficción... eso aunque a nadie le amargue un dulce.


Para amantes de la alta costura que leen a los grandes clásicos.
Lo mejor: La sensación de 'comer la película con los ojos'.
Lo peor: Le sobra chaladura y le falta reflexión.

Nota: 6'5

viernes, 17 de mayo de 2013

MIS SOUNDTRACKS: ONCE (UNA VEZ), de Glen Hansard y Markéta Irglová

ONCE (UNA VEZ), de Glen Hansard y Markéta Irglóva (John Carney, Irlanda, 2006)
Palmarés: Oscar y Critic Choice a la mejor canción por Falling Slowly. 2 candidaturas a los premios Grammy: mejor compilatorio en banda sonora y mejor canción. Nominación al World Soundtrack Award a la mejor canción. Nominación al Cinoscar Award del blog a la mejor banda sonora adaptada del año 2007.
Reseña: Un film pequeño que costó poco más de cien millones de dólares y que en poco tiempo se convirtió en un fenómeno planetario, beneficiado por una gran recepción de crítica y público y un boca a oreja de dimensiones difíciles de conseguir en la era de la piratería. Once es un musical atípico, ejemplo de que el pez diminuto puede zamparse sin problema al blockbuster cometaquillas. ¿Su arma? La autenticidad que inspira, la sencillez de la propuesta y su apuesta por los sentimientos puros en un tiempo en el que la trama narrativa es malentendida como 'conflicto' ficcional. Hansard y Irglóva eran por aquel entonces compañeros de banda y pareja sentimental, relaciones que supo aprovechar con inteligencia el cineasta John Carney para engrandecer la cinta que tenía entre manos. Hansard, vocalista de la banda The Frames, ya tenía experiencia en el cine gracias a su trabajo en The Commitments, film nominado al Globo de oro. Once fue todavía más lejos: al estrado del Kodak Theatre. Once, caso en el que es difícil delimitar el 'film con canciones' del 'musical' en sentido estricto, lleva al espectador por las diferentes etapas del enamoramiento más adolescente, y seguramente sin el soporte musical la historia del músico callejero que intima con una inmigrante que sobrevive realizando trabajos precarios resultaría de lo más manida. Las canciones, por lo tanto, son el vehículo que toman los personajes para expresarse, para codificar su amor y para reivindicar su lugar en un mundo que no les resulta favorable. Piezas como Leave, Say It To Me Now o The Hill parecen cantos confesionales, retales de la intimidad de un ser humano musicalizando su mundo interior. Una verdad, una candidez y una calidez muy difícil de lograr que convierte el soundtrack de Once (una vez) en una de las mejores aportaciones musicales para la gran pantalla de los últimos años. Además, el cd, prescindiendo del soporte visual, funciona como repertorio de baladas indies con letras y melodías preciosas: no se puede pedir más.
Los mejores tracks: Falling Slowly, If You Want Me, Lies
Nota: 8

jueves, 16 de mayo de 2013

ESCENAS: MELANCOLÍA, de Lars Von Trier

ESCENA 04: La destrucción final del planeta de MELANCOLÍA (MELANCHOLIA), de Lars Von Trier (Dinamarca, 2011)
Comentario: Aunque lo de Von Trier con los astros es la crónica de una muerte anunciada (así lo marca el espectacular prólogo inicial), puede que lo que escribimos a continuación sea el gran spoiler jamás contado. Para los que no han visto Melancolía, además de llevarse una regañina en toda regla, tenemos un consejo: ¡no lean lo que viene a continuación! Y si ya experimentaron el estado melancólico en sus carnes, saben que la cinefilia es masoquista y vuelve al lugar del crimen. En el cine, por mucho que las luces estuviesen encendidas y que el acomodador rogase con algún gesto que la próxima sesión estaba a punto de empezar, nadie tenía valor suficiente para levantarse de la butaca y volver al mundo real. El final de Melancolía es un bofetón en toda regla (¿hay algún epílogo del genio danés que no lo sea?). Una apoteosis destroyer en toda regla. Una maravilla cuya música crece y crece hasta arrasar con todo. Un juego de simetrías y cuerpos: el último plano es casi un ejercicio de geometría con la tierra curvada, el planeta atacante en todo su esplendor y el refugio cónico de palos con los tres protagonistas. Los personajes desaparecen de la película cuando acaba la cinta y el espacio que los contiene, como si la misma tira de celuloide empezase a arder y a difuminar las partes proyectadas. Pero no son meros títeres o siluetas a punto de devenir invisibles: la reacción de Justine y su hermana es totalmente antónima, y mientras Charlotte Gainsbourg retuerce su cuerpo en la lejanía, Kirsten Dunst asiste impávida al punto de no retorno porque ya había tocado fondo mucho antes. Un recurso tan efectivo como sencillo que supera en intensidad y en espectacularidad a cualquier apocalipsis norteamericana (a veces, o casi siempre, a mayor presupuesto menor enjundia). La devastación hecha imagen. El fin más completo y complejo.


Si quieren empezar o terminar el día con vitalismo y energía, no vean esto:

miércoles, 15 de mayo de 2013

Crítica de MI QUERIDA SEÑORITA, de Jaime de Armiñán

Identidades, realidades
MI QUERIDA SEÑORITA, de Jaime de Armiñán (España, 1971)
¿De qué va?: Adela Castro vive soltera en una ciudad de provincias. Aunque tiene más de cuarenta años nunca ha intimado ni con un hombre ni con una mujer. De pronto se sentirá atraída por la joven Isabelita, la chica que sirve en su casa. Al mismo tiempo, un antiguo amigo de la mujer le ofrece a Adela la posibilidad de una nueva vida en pareja. Adela se siente paralizada ante las dudas. Es entonces cuando descubrirá que sus problemas no se deben a su físico poco agraciado: en realidad es un hombre.
Palmarés: Nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Premio al mejor actor para José Luis López Vázquez en el Festival de Chicago 1972. Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo al mejor actor y al mejor guion del año 1971. Sant Jordi a la mejor película española y mejor actriz protagonista (Julieta Serrano). Cuatro premios del Círculo de Escritores Cinematográficos de España: mejor actor, mejor actor de reparto (Antonio Ferrandis), mejor guion y mejor director.
El dato: Aunque la crítica dividió sus galardones entre Españolas en París y Nada menos que un hombre, Mi querida señorita fue aplaudida unánimemente, sobre todo por la interpretación de López Vázquez. La película, con guion y cameo incluido de José Luis Borau, era la primera cinta nacional que trataba el tema del hermafroditismo. Pese al tema espinoso, metáfora de la nueva España que despertaba hacia otros tiempos, la censura fue permisiva y la película alargó su paso en los cines durante muchas semanas. Por ese entonces Serrano era una actriz debutante, mientras que López Vázquez fue en todo momento la primera elección del director. De Armiñán repitió candidatura al Oscar nueve años más tarde por El nido y durante los años 70 fue popular por la serie de televisión Juncal.


Valoración: Adela ha nacido con un código de valores tradicional. Ha aprendido a callar, a seguir modelos, a acatar órdenes, a dar la espalda a sus sentimientos, a reprimir sus verdaderos instintos. Adela es la simbólica España de posguerra, despiadada y adormecida, pobre en lo económico pero también de espíritu. De Armiñán firma en Mi querida señorita un cuento simbólico que la censura no entendió, por fortuna. Un país de chismes y pueblos, de ciudades en expansión. Mi querida señorita es una película que inspira verdad y respira tertura gracias a sus intérpretes, en especial a José Luis López Vázquez, actor de raza y de intuiciones, sin más manual que sus tablas: le honra haber aceptado e interpretar con tanto mimo un personaje (ella en la primera parte, él en el segundo tramo) que en manos de otros hubiese caído en la comicidad más burla (porque precisamente por ser un excelente cómico, por aquello de que la comedia es muy seria, Vázquez demuestra que los grandes actores de drama son siempre los profesionales que se han curtido en el arte de hacer reir). En pleno 2013 la película puede resultar un poco mojigata, pero hay que comprender el peso de la época y el riesgo sostenido al que podían enfrentarse sus responsables. El caso de Adela sigue pareciéndose muchísimo a lo que ocurre hoy en día en muchísimos otros lugares del mundo. No es tanto una película de sexualidades como de identidades, busca la reflexión y evita el morbo. Un clásico de nuestro cine, de gran valor didáctico e histórico.


Para conocer el mejor cine español.
Lo mejor: López Vázquez, enorme.
Lo peor: Ahora tal vez puede parecer una historia más ingenua.

Nota: 7'5

martes, 14 de mayo de 2013

CORTOMETRAJES: BROTHERLY, de J.C. Oliva

CORTOMETRAJES 12: BROTHERLY, de J.C. Oliva (EE. UU., 2008)
Palmarés: Premio de la audiencia y condecoración especial en el Festival de cine gay y lésbico de Barcelona.
Comentario: A ciertas edades los sentimientos se confunden: ¿dónde empieza y acaba una relación de amistad respecto otra de amor, qué separa el afecto de la absoluta dependencia? Dos hermanos callan un drama familiar: sus padres están enfermos y no pueden cuidar de los pequeños. De la desgracia surge una historia de esperanza, un poco de luz. Brotherly pone sobre la mesa en escasos minutos los límites de las relaciones entre hermanos. A partir del testimonio del hermano pequeño, que se confiesa ya mayor ante la cámara, somos partícipes de una infancia durísima que marcó a los protagonistas de por vida. Oliva, a diferencia de propuestas morbosas como Do começo ao film, indaga sin estridencias en el seno de una familia desestructurada y produce en el espectador una fractura igual de potente que sentimos a flor de piel y que pone en duda cualquier principio ético. Un cortometraje misterioso que encuentra en una relación a priori escabrosa un potente artefacto para pensar en las causas y consecuencias que emanan de una situación de abandono físico y desamparo emocional. Una historia basada en un hecho real ocurrido en Ohio en los años 70 que permanece sellada a fuego en la mente y el corazón de la audiencia muchísimo tiempo después del visionado. No es la crónica de una aberración sexual, sino de la unión pura de dos víctimas. Sobrecogedora.


Para los que creen que una película debe abrir la caja de pandora.
Lo mejor: La elegancia de su tono.
Lo peor: No es un defecto: deja con ganas de más.

Nota: 8

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MIS CDS: TODOS TENEMOS UN SUEÑO, de EL SUEÑO DE MORFEO

TODOS TENEMOS UN SUEÑO, de El sueño de Morfeo (ESDM) (España, 2013)
Presentación: Raquel del Rosario (canaria, vocalista) y Juan Luis Suarez y David Feito (asturianos, músicos) forman la banda El sueño de Morfeo, que consiguió situar algunos de sus temas entre los más escuchados y vendidos a mediados de la década pasada. El disco El sueño de Morfeo de 2004 es uno de los álbums de pop rock en español más populares de los últimos años. Sus temas, fáciles de tararear y frecuentes en las radios españolas, entroncan con el pop comercial con sonidos celtas poco explotados en el mercado discográfico local. Aunque sus últimos trabajos no han gozado de demasiado seguimiento, su reciente elección por parte de Radiotelevisión Española como nuestros representantes en el Festival de Eurovisión 2013 con la canción Contigo hasta el final ha dado un nuevo espaldarazo a su carrera. Todos tenemos un sueño, disco de greatest hits que según el grupo será el prólogo de un futuro disco, ha empezado su andadura como número uno de descargas en Itunes.
Reseña: Un disco de grandes éxitos... ¿a estas alturas? Tan solo Amaral o La oreja de Van Gogh, por su larga andadura y gran cantidad de temas megaconocidos, justifican dentro del panorama del pop español un álbum como este. No decimos nada nuevo: pocos nos acordábamos de El sueño de Morfeo, incluso cuesta recordar algunas de esas canciones machanonas que en su día se oían por todos los sitios. Así que el reciente álbum nos permite ponernos al día y recordar sin nostalgia temas de antaño. Curiosamente las nuevas aportaciones, Revolución, Dame tu voz y Atrévete (las canciones descartadas para el eurofestival), ganan enteros con el tiempo. Contigo hasta el final, sin duda, es el mejor tema, guste más o menos. Y los 'hits' Esta soy yo o Nunca volverá todavía resisten, aunque otras como Ojos de cielo son insoportablemente ñoñas. Un trabajo homogéneo (demasiado: casi todas las canciones suenan igual) que reserva lo mejor para el final: Nunca volverá cantada a dúo por Raquel del Rosario y Pastora Soler, una pareja eurovisiva curiosísima. Dentro de unos meses nadie se acordará, de nuevo, de El sueño de Morfeo, pero al menos estamos ante un disco ameno, perfecto para poner de hilo musical intrascendente mientras uno cocina, plancha o hace sus tareas. Como 'álbum de impás', hubiese sido más interesante un trabajo cien por cien acústico 'entre amigos' (Neck y Álex Ubago entre otros tienen aparición estelar). Y como pretexto para caldear el 'euroambiente', hubiese sido más coherente editar un minidisc o single. Veremos qué dirán del disco y del grupo cuando el próximo sábado su candidatura quede entre las menos votadas de esta Eurovisión...



Recomendado para: Adictos a Los 40 Principales y radiofórmulas parecidas.
Los mejores tracks: Contigo hasta el final, el tema que justifica el cd.
Nota: 6